Autora: Heyliana Marte Abreu, estudiante de Medicina de 2do año del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC). Miembro del Comité Permanente en Salud Pública (SCOPH) de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM).

El estrés puede definirse como una interrupción real o anticipada de la homeostasis (mantenimiento de la estabilidad en los sistemas esenciales para la vida) o una amenaza anticipada para el bienestar. Se ha establecido que los estresores psicosociales están relacionados con el desarrollo de la enfermedad, y las intervenciones psicosociales han demostrado ser útiles para tratar los trastornos relacionados con el estrés y pueden influir en el curso de las enfermedades crónicas. (1)

El sistema nervioso central juega un papel crucial en los mecanismos relacionados con el estrés del cuerpo, y el estrés puede inducir anormalidades en el sistema nervioso simpático y el eje HPA. La emoción está relacionada con un grupo de estructuras en el centro del cerebro conocido como sistema límbico, que incluye el hipotálamo, la corteza cingulada, el hipocampo y otras estructuras. Y, tanto IQ como la inteligencia emocional (IE) están relacionados con los procesos de control cognitivo humano. Por lo tanto, el estrés, la emoción y la inteligencia están estructural y funcionalmente relacionados entre sí. (1)

En un estudio realizado en el Hospital de la Universidad Nacional de Seúl, se investigó las asociaciones entre el estrés, la IE y el coeficiente intelectual y luego se examinó las correlaciones entre las citocinas (importantes para la salud y la enfermedad, específicamente las respuestas inmunes, la inflamación, el trauma, el cáncer, etc) y estas variables, lo que sugiere interacciones hipotéticas entre ellas. Además, se investigaron estas relaciones según el dominio hemisférico. (1).

Se encontraron correlaciones significativas entre el estrés y la IE y entre la IE y el coeficiente intelectual. Estos resultados pueden mostrar asociaciones integradoras entre el estrés, la IE y la inteligencia cognitiva, apoyando interacciones complejas relacionadas con la estructura y función del cerebro. Además, las citocinas proinflamatorias TNF-alfa e IL-6 afectaron negativamente el estrés y la inteligencia, y las citocinas antiinflamatorias, como IL-10 e IFN-gamma, afectaron positivamente estos factores. Además, como estas relaciones entre las citocinas y el coeficiente intelectual diferían según el dominio hemisférico, se necesita investigación adicional para explorar las interacciones y los mecanismos que conducen a las diferencias hemisféricas en el estrés, la inflamación, la emoción y el coeficiente intelectual. (1)

Centrándose en la recuperación inmediata del estrés psicosocial, un estudio comparó la conectividad funcional en estado de reposo de la amígdala (RSFC) antes e inmediatamente después del estrés psicosocial entre los respondedores de cortisol (paciente que muestra una respuesta completa o duradera frente al que la mayoría de los pacientes no experimenta) y los no respondedores. Los respondedores demostraron un aumento de cortisol, un mayor afecto negativo y una disminución de la variabilidad de la frecuencia cardíaca (VFC) en respuesta al estrés en comparación con los no respondedores. Aunque este estudio se realizó en participantes sanos, y los resultados probablemente reflejan variaciones normales en la respuesta neuronal al estrés, comprender los mecanismos que subyacen a estas variaciones podría resultar beneficioso para revelar marcadores neuronales que promuevan la resistencia a los trastornos relacionados con el estrés. (2)

Las funciones cognitivas y emocionales están respaldadas por la actividad coordinada de una red distribuida de regiones cerebrales. Esta actividad coordinada puede verse interrumpida por el estrés psicosocial, lo que resulta en la disfunción de los procesos cognitivos y emocionales. (3)
En un estudio en el cual se examinó la conectividad cerebral de los participantes que completaron la tarea de estrés de imágenes de Montreal, se asoció el estrés psicosocial con una disminución en la eficiencia del flujo de información dentro del cerebro.

El cortisol salival, la frecuencia cardíaca, la respuesta de conductancia de la piel y el estrés autoinformado sirvieron como índices de estrés, y el rasgo de ansiedad sirvió como un índice de la disposición de los participantes hacia la afectividad negativa. Además, la centralidad de las regiones cerebrales que median los procesos de regulación emocional (es decir, hipocampo, corteza prefrontal ventral y corteza cingulada) disminuyeron durante la exposición al estrés. Curiosamente, las diferencias individuales en la reactividad del cortisol se correlacionaron negativamente con la eficiencia del flujo de información dentro de esta red, mientras que la reactividad del cortisol se correlacionó positivamente con la centralidad de la amígdala dentro de la red. Estos hallazgos sugieren que el estrés reduce la eficiencia de la transferencia de información y deja la función de las regiones del cerebro que regulan la respuesta al estrés vulnerable a la interrupción. (3).

El estrés provoca una variedad de respuestas psicofisiológicas que muestran una gran variabilidad interindividual. Determinar los mecanismos neuronales que median las diferencias individuales en la respuesta emocional al estrés proporcionaría una nueva visión que tendría implicaciones importantes para comprender los trastornos relacionados con el estrés.

Referencias bibliográficas:
1. Jung, Y. Shin, N. Jang, J. Lee, W. Lee, D. Choi, Y… & Kang, D. (2019). Relaciones entre estrés, inteligencia emocional, inteligencia cognitiva y citocinas. Medicina (Baltimore). 98 (18). Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/31045776
2. Dimitrov, A. Demin, K. Fehlner, P. Walter, H. Erk, S & Veer, I. (2018). Differences in Neural Recovery From Acute Stress Between Cortisol Responders and Non-responders. Front Psychiatry. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30534092
3. Wheelock, M. Rangaprakash, D. Harnett, N. Wood, K. Orem, T. Mrug, S… & Knight D. (2018). La reactividad al estrés psicosocial se asocia con una disminución de la eficiencia de la red de todo el cerebro y una mayor centralidad de la amígdala. Behav Neurosci. 132 (6). 561-572. Recuperado de: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/30359065