Una vida sin freno y el sedentarismo en el otro extremo

Tamaño del texto:

3.jpg

Autor: Nancy Esther Romero Castro. Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD). 9no semestre de la carrera Doctor en Medicina. Miembro del comité de Salud Pública (SCOPH). Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM).

En este encabezado me he inspirado bastante, y se preguntaran ¿cómo una vida sin frenos y el sedentarismo pueden ir en el mismo título? Pues hoy me daré la tarea de hablar sobre el estilo de vida que llevamos ahora. Y estos son dos de los extremos que vemos a diario.
Empecemos con definiciones:

El sedentarismo desde el punto de vista calórico (que como médicos nos conviene conocer) se conoce como aquel individuo que no realiza actividad física moderada 5 días a la semana o intensa 3 días de esta, o que esta actividad no genere 600 METs x min – el MET es la unidad que se usa para representar la energía consumida mientras se permanece en estado de reposo1 – por semana o su equivalente 720 Kcal en un sujeto de 70 Kg2 (o como yo le llamo sujeto ‘’Guyton’’).

La vida agitada no tiene una definición, pero es aquella en que vemos a las personas comiendo mientras caminan, llenas de un agotamiento físico y mental, en que el descanso no es prioridad, que se demandan más allá de sus capacidades, aquel en que el estrés es muy dominante. Por ello, mejor que referirse a un estilo de vida agitado podríamos referirnos al síndrome de Burn Out.

El Burn Out lo definen de forma puntual (a mi gusto) Edelwich y Brodsky en 1980, lo delimitan como “una pérdida progresiva del idealismo, energía, y motivos vividos por la gente en las profesiones de ayuda, como resultado de las condiciones de trabajo”.

Ahora sabiendo esto me los imagino diciendo en su cabeza: ‘’ ¿y en que me afecta eso?’’, ‘’yo no hago nada de ejercicio más que caminar y estoy bien’’, ‘’el estilo de vida de un médico es muy exigente y no me ha afectado así’’… Pues aquí es donde les digo como funciona esto.

El estilo de vida sedentario y de poca actividad física es un factor predisponente a muchas enfermedades: obesidad, tromboembolismo, hipertensión, diabetes, cardiopatía isquémica, entre otras enfermedades de índole crónica.

Por otro lado el Burn Out lo asociamos a afectaciones psicológicas como son: el estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima; cosas que afectan al individuo en sus niveles de autopercepción y sus relaciones sociales.

Y si combinamos ambas obtenemos una bomba de tiempo.

¡Pero les tengo buenas noticias! Esto tiene solución.

La actividad física frecuente refiriéndome a mínimo 30 minutos al día todos los días o al menos tres veces al día ayudan mucho a mejorar el sedentarismo y es un factor protector a la salud, se recomiendan ejercicios cardiovasculares, de pesas e incluso yoga. Pero teniendo en cuenta buscar profesionales en el área (médicos, fisioterapeutas e incluso entrenadores personales), debido a que las necesidades energéticas y calóricas de cada persona son diferentes (variando con el sexo, la edad y estado de salud).

Por otra parte manejar el estrés y la ansiedad es algo complicado, debido a que son sensaciones comunes, del diario vivir. Si sientes que no puedes manejar estos a pesar de hacer actividades recreativas para liberar tensión (desde yoga, tejer e incluso jugar Candy Crush) se recomienda buscar ayuda de psicólogos.

Para finalizar quiero agregar un dato especial, no existen biomarcadores para detectar el sedentarismo pero existen cuestionarios de actividad física validados, el más utilizado de ellos es el IPAQ (cuestionario internacional de actividad física).

Referencias:
1-World Confederation of Physical Therapy (2019), Como medir actividad física?
2- Crespo-Salgado, J., Delgado-Martin, J. L., Blanco-Iglesias, O., & Aldecoa-Landesa, S. (2015). Guia basica de deteccion del sedentarismo y recomendacion de actividad fisica en atencion primaria. Elvesier: Atencion Primaria, 175-183.

Síguenos

N2